GINECOMASTIA
¿Qué es la ginecomastia?
La ginecomastia es una de las patologías más comunes en el sexo masculino, que es el desarrollo anormal de las glándulas mamarias causada bien sea por desequilibrios hormonales o bien sea como una manifestación colateral de otras enfermedades. Esto puede aparecer en recién nacidos, adolescentes y adultos.
Cuando se trata de desórdenes hormonales es originado por un exceso de segregación de estrógeno, considerada una hormona femenina. Aunque hombres y mujeres tienen tanto hormonas masculinas como femeninas, el organismo regula su secreción y las mantiene en un estado óptimo. Si esto falla, se da un desequilibrio hormonal cuya consecuencia puede ser la aparición de alteraciones como la ginecomastia.
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En los bebés recién nacidos es normal observar los llamados botones mamarios, que es el aumento de sus mamas debido a una transferencia hormonal (estrógeno) de la madre hacia su hijo, durante la gestación. Esto suele regularse en los próximos seis meses de su nacimiento, aunque en algunos casos puede durar más tiempo.
Durante la pubertad (adolescencia y preadolescencia), es común que aparezca la ginecomastia en los varones ante todos los cambios que está sufriendo el cuerpo. Más del 50% de los jóvenes suele desarrollar esta patología, sin embargo, en la mayoría desaparece en un lapso de seis meses a dos años de forma paulatina.
Este mismo escenario ocurre en hombres de 50 años en adelante, momento en el que hay cambios hormonales importantes en el sexo masculino. Además, la ginecomastia se acentúa si la persona sufre sobrepeso, lo cual provoca que aumente la grasa de la mama, aumentando por consiguiente su tamaño. En los casos en los que la mama se desarrolla debido a un aumento de la grasa recibe el nombre de pseudoginecomastia.
Ahora bien, cuando hay otros cuadros clínicos como enfermedades hepáticas, insuficiencia renal, disminución en los niveles de testosterona, tiroides hiperactiva, tumores o herencia pueden contribuir a desarrollar esta patología.
Tratamiento
El tratamiento de la ginecomastia está sujeto a muchas condiciones como su causa de aparición, la duración de la patología, su severidad y la existencia o no de algunos síntomas. Estos son los principales tratamientos que se pueden aplicar:
- Mantenerse a la expectativa: cuando la mama se desarrolla de manera repentina, hay que observarla durante los próximos meses para ver su evolución, pues puede ser que regrese a su aspecto normal espontáneamente, sin necesidad de llevar a cabo ningún tratamiento. No obstante, hay que tranquilizar al paciente, a quien se le debe hacer énfasis sobre la benignidad del problema. En su mayoría, este caso se debe a un problema fisiológico, transitorio o por efectos secundarios de algún medicamento. Lo ideal es realizar revisiones periódicas para ir controlando su evolución.
- Fármacos: de acuerdo con los análisis que realice el especialista, si se aprecia alguna alteración hormonal en el hombre, se indicará una serie de medicamentos que ayudan a regular estos niveles. Generalmente, no tienen efectos secundarios, pero su efecto dependerá del nivel de respuesta del organismo del paciente.
- Cirugía: se elige esta opción cuando persiste el problema, a pesar del tratamiento químico (si estuviese indicado) o si afecta psicológicamente al paciente desde el punto de vista estético. Existen diferentes técnicas que se pueden emplear, siendo las más utilizadas la liposucción, la mastectomía subcutánea o la mamoplastia de reducción.
- Dieta y ejercicio físico: algunos pacientes presentan un aumento del tamaño de su pecho pero no por aumento de la glándula mamaria, sino por aumento del componente graso de la mama. Generalmente, en estos casos se aprecia acúmulo de grasa en otras áreas corporales. Por eso, antes de la cirugía, se recomienda realizar dieta y ejercicio físico para que reduzcan su peso, y por consiguiente, la porción grasa de la mama, disminuyendo así su tamaño. En estos casos en los que el aumento de la mama se debe a un aumento de la grasa mamaria se denomina pseudoginecomastia.
Preparación antes de la cirugía
Antes de someterse a la intervención quirúrgica para corregir la ginecomastia, es fundamental que el paciente sea consciente del procedimiento, en que consiste, los resultados esperables, los posibles riesgos o complicaciones y, por supuesto, que se sienta seguro del cirujano que le realizará la operación. Además de esto, debe estar preparado antes de entrar a quirófano de la siguiente manera:
- Se necesitan unas pruebas preoperatorias para asegurarnos que el paciente esta sano y no existe ninguna contraindicación para llevar a cabo la intervención quirúrgica.
- No tomar aspirinas, suplementos vitamínicos, antiinflamatorios ni ningún otro medicamento que pueda interferir en la operación. El cirujano debe evaluar la suspensión de cualquier tratamiento que pueda afectar a la cirugía.
- Previo a la cirugía, es conveniente dejar de fumar durante las dos semanas anteriores y posteriores a la operación, porque puede afectar los niveles de oxígeno.
Técnicas quirúrgicas
El tratamiento quirúrgico responderá a las necesidades del paciente y a su cuadro clínico. En primer lugar, generalmente se realiza una liposucción de ambas mamas. Dicha lipoaspiración conseguirá eliminar el exceso de grasa de los pechos y la glándula mamaria si no es muy densa. Sin duda, éste es el procedimiento más frecuente.
La liposucción de la mama del hombre se puede realizar con anestesia local. Además, la cánula que se introduce debe ser de diámetro pequeño, para que haya posibilidad de penetración en los tejidos densos.
Una vez hecha la liposucción, en algunos hombres, todavía queda la glándula mamaria más densa, que no se ha podido aspirar con la cánula de aspiración. Generalmente se acumula justo debajo de la areola. En estos casos, se realiza una incisión en la mitad inferior de la areola, justo en el borde, para que la cicatriz pase desapercibida en unos meses.
En aquellos pacientes que presentan una mama muy desarrollada y con exceso de piel, este debe de eliminarse, asumiendo cicatrices adicionales para que el resultado sea satisfactorio.
Recuperación post-operatorio
Tras la operación, es normal que la zona se vea inflamada y aparezca algún hematoma superficial en la piel. Con el paso de los días, se irá reduciendo dicha inflamación y se reabsorberán los cardenales hasta llegar a su nuevo estado.
El paciente deberá llevar durante varias semanas una faja compresiva sobre el pecho que ayudará a disminuir y eliminar la inflamación, los hematomas superficiales y a que la piel se adapte mejor al nuevo contorno mamario.